Normalmente el componente más costoso en un banco de pruebas es su parte mecánica, cuyos diseños no suelen variar significativamente a través del tiempo. No es el caso de sus componentes electrónicos e informáticos, donde el avance de la tecnología en estos sectores se percibe año tras año.

En muchos casos, con una inversión asequible se logra que un banco de pruebas con años de antigüedad quede prácticamente equipado con las mismas tecnologías que utiliza una máquina fabricada al día de hoy.

Solicitando una evaluación de las máquinas existentes puede recibir una propuesta de mejora utilizando equipos de última generación y ajustándose a sus necesidades, con una inversión mucho menor que la compra de un sistema nuevo.